Barroco Carmesí

Lo volvieron a hacer. Me ignoran completamente. Creen que no sé de lo que les hablo. Siempre lo hacen, me ignoran, me juzgan, me subestiman.

¡¡Hey, no quiero perder mis bookmarks ni mis mails con el cambio de computadora!! les dije. Les aclaré una y mil veces: uso Mozilla: Firefox y Thunderbird: correo y navegador: Mozilla, Mozilla, Mozilla!!! Les tengo un gran gran gran aprecio a mis bookmarks, les advertí y pensé: he pasado tardes enteras leyendo blogs (y pensé dentro de mi pensamiento: sospecho que soy adicta)

Y lo hicieron. ¡Hasta regañada salí!. No encontraban mis mails, no encontraban mis bookmarks. Tuvieron que conectar de nuevo mi antiguo disco duro. Y eso que les advertí. Me regañaron porque "debes tener tu computadora bajo los estándares permitidos, para qué le cambias las configuraciones y usas programas que no están predeterminados". Les contesté: hey! pero USTEDES me recomendaron que usara Firefox en vez de Explorer. Digo, no sé si se han dado cuenta de que al pie de la página de esta h. institución en la que tú y yo laboramos, le dije al que vino a cambiar mi computadora, aparece el link para descargar el Firefox. Entonces ¡¿por qué demonios me regañas?!. Esta h. institución fomenta el uso de Mozilla, que no me vengan con pendejadas.

ADEMÁS, si utilizo Mozilla Thunderbird para leer mi correo es porque el correo-web de esta h. institución es una mamada.es una mamada. es una mamada. es una mamada. Simplemente no sirve. Se llena de basura, se atasca, se traba y te manda al carajo.

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Así perdí más de la mitad de mi mañana, peleando.

Pero tengo windows XP, CPU, mouse y teclado nuevo.

Nada fuera del otro mundo, pero emocionante igual.

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No salí ni a comer. Comí frente a la computadora. Tengo la cabeza llena de bases de datos. Ahora estoy tratando de corregir tres ¡¡TRES!! al mismo tiempo. Estoy segura de que tendré pesadillas. Seré un maldito registro que con cada consulta se duplica, triplica, cuadriplica, quintuplica, sextuplica, septuplica, octuplica, nonuplica... y así hasta el infinito...

¡Que sueñes con los angelitos! los angelitos de Access!!



¡cht! ¿y la tesis?

bien gracias ¿y tú?

Me empeñé. Casi termino el libro, aunque lo dejé a un lado porque es más fácil VER las relaciones que imaginarlas. Digamos que la base de datos está casi al 50%, claro que me faltan las descripciones de los campos y las tablas; definir los nombres de los campos; hacer los formularios (ya lo intenté pero no me salen); y ya no sé qué tanto más. Pero mucho, mucho más.

Voy progresando. Lenta pero segura.

¡¡Quiero un curso de Access!!

Nos dejaron plantados. A mi papá y a mí.

Fuimos el sábado a rentar la película que veríamos el domingo de películas de terror. Rentamos The Hunger, con David Bowie, Catherine Deneuve y Susan Sarandon. Ninguno de los otros 4 miembros oficiales del club se presentó a la cita.

La función comenzó alrededor de las 7 pm, y para las 7:05 ya habían salido chichis, piernas, lenguas y sangre. A la mitad de la película ya se estaban besando Catherine Deneuve y Susan Sarandon, desnudas. Yo ya no sabía si reirme, irme a dormir, provocar un corto circuito para que la tele se descompusiera, subir a lavar por segunda vez mis calcetines o fingir que me daba un ataque cardiaco.

No hice nada de eso. Mi papá dijo: "viejas cochinas" y yo dije: "Mira nada más, jamás pensé que vería a Susan Sarandon haciendo estas cosas"

Vimos la película hasta el final y luego nos fuimos a dormir.

Moraleja: NUNCA veas The Hunger acompañado de un adulto, mucho menos si se trata de tu papá.

Dicen que para el amor no hay barreras, y parece que esta pareja lo confirma. Para ellos, la diferencia de clase social no fue un impedimento para dar rienda suelta a su amor. Ella, una bella señora millonaria, miembro honorario de la Vela Perpetua y asidua jugadora de cricket y canasta; él, un obrero de las minas, con un sueldo raquítico y una tuberculosis avanzada resultante de su diaria exposición a los gases venenosos. Parece que se conocieron en un paseo por el parque cuando ella trataba de controlar al caballo que tiraba de su carroza y él acudió a rescatarla no sin antes recibir un par de patadas (de ella, no del pobre animal). Fue amor a primera vista. Y aunque la familia (la de él, claro, a la de ella ya les urge que salga) se opone al matrimonio, se ven más felices que nunca, ya que parece que la boda se realizará muy pronto. La imagen que usted ve fue tomada in fraganti por uno de nuestros reporteros. Los tórtolos se besaban en un rinconcito oscuro del mercado San Juan de Dios.