La temporada estrés pre-viaje.
Me costó trabajo dormir ayer. Di vueltas y vueltas en la cama antes de poder conciliar el sueño. Luego soñé con aeropuertos, visas, pasaportes, calles desconocidas, idiomas que no entendía y personas perdidas.
Siempre me ha gustado viajar. A donde me inviten voy.
Pero siempre he sido mala para viajar.
No sé viajar ligera.
Me preocupan mucho los preparativos.
El día que salgo de viaje, siento que no puedo hacer NADA antes de salir.
Corrijo: DÍAS ANTES de salir siento que no debo moverme de donde estoy y esperar el momento de irme a la central de autobuses, aeropuerto o lugar de partida preseleccionado.
Siento que debo salir de un lugar seguro, sin prisas, con TODAS las cosas necesarias: libros que no leeré, ropa que no usaré, zapatos que no me pondré, maquillaje que de por sí nunca uso, cuadernos en los que no escribiré...
Y. Bueno. Ha comenzado. Estoy estresada. Siento mariposas en el estómago TODO el día. Y pienso:
- No he renovado mi pasaporte
- No le he avisado a mi jefa que me tomaré dos días extra de vacaciones
- No he terminado el trámite de la carta de pasante
- No he terminado mi lista de lugares a los que quiero ir
- No he terminado mi lista de cosas que quiero comprar
- No he impreso los mapas necesarios
- No tengo ropa limpia suficiente
- No he terminado de escribir lo que tengo que entregar esta semana
- No he pensado en lo que tendré que decir a los agentes de migración de E.U. cuando me pregunten con quién y a qué voy a NY
- No sé todavía en qué casilla tengo que votar este domingo
¡Y me voy el 13 de julio! ¡Y tengo que llegar TRES HORAS antes al aeropuerto! ¡Y tengo que cambiar de avión en Dallas! ¡Y tengo que irme sola del aeropuerto a casa de mi hermano!
Si sobreviví en el D.F., puedo sobrevivir en NY.
¡Ah, cómo me gustan las enormes ciudades!