Friday, April 28, 2006 

La primera impresión

Ayer tuve mi primera sesión de terapia de grupo (una terapia en la que el resto del grupo ya tenía un par de meses asistiendo). Me habían platicado maravillas del terapeuta: sabrosísimo, inteligentísimo, con poderes mágicos, simpatiquísimo e irresistible. Según los pronósticos, lo más seguro era que también yo me enamoraría de él.

Llegué un poco desconcertada. No podía recordar por qué había decidido ir, mi mente estaba en blanco. A pesar de que hace un par de semanas tenía mil y un argumentos y explicaciones que, según yo le escupiría cuando lo tuviera enfrente, no supe qué contestar.

Nunca había ido a terapia. En mi vida. Yo pensaba que cuando llegara y estuviera en presencia del terapeuta, las palabras fluirían y no me costaría trabajo hablar. Pero no. Nada de magia.

Además cometí un grave error: cuando elegí mi ropa en la mañana, jamás recordé que sería la primera noche de psicólogo. Así que me puse mi blusa favorita. La blanca con letras enormes negras y rojas que dicen

Sí… mal hecho…

El terapeuta me dejó de tarea que escribiera un cuento de hadas sobre mi vida, porque él supuso que me encantaban “las hadas, príncipes azules, dragones, magos y todas esas mafufadas” (y eso que no le di detalles sobre los pasatiempos del Ingeniero)

Creo que su primera impresión de mí no fue muy buena.

Tampoco la mía de él. Digamos que tiene varias de las cosas que no tolero en los hombres:

  1. Que manejen como si la calle fuera de ellos: a gran velocidad, metiéndose donde les da la gana y, por si fuera poco, enojándose con los conductores que se los recriminan
  2. Que usen pantalones apretados con la playera FAJADA
  3. Que exageren sus gestos al grado de hacer pequeñas representaciones teatrales
  4. Que se pinten rayitos
  5. Que usen joyería
  6. Que les guste Joaquín Sabina

Lo siento nenas, no comparto su afición por nuestro terapeuta. Creo que no existe forma en la que yo pueda llegar a enamorarme de él. Así como tampoco creo que exista forma en la que yo pueda llegar a caerle bien a él. Tal vez también tengo cosas que él no tolera en las mujeres.

Así que… no sé si debería ir a la segunda sesión…

P.D. ¡¿qué tienen de malo las princesas, hadas y dragones?! ah! y los guapos caballeros que, espada en mano y sobre briosos corceles, desafían a los monstruos más temibles por conquistar el corazón de su dama que, víctima de la envidia de una maligna bruja, permanece encarcelada en una fría mazmorra donde un sabio hechicero disfrazado de mapache le lleva de comer y la consuela cuando no puede contener las lágrimas que brotan de sus hermosos ojos porque espera, ansiosa, el momento en que se reunirá con su amor verdadero…

…ahem…

Monday, April 24, 2006 

Por qué odio a los -----------

Seré congruente con mi post anterior y aceptaré mis errores.

Lo acepto. Tienen razón. Mi odio en contra de los ------- me roba
demasiada energía.

Sí, tienen razón, si tanto odio a los ------- no debería darles tanta
importancia.

Está bien, debo aprender a convivir con ellos y no generalizar, no todos
los ------ son tan ------.

Acepto que me divertía mucho diciendo cosas como "eso es tan --------" o
"pareces --------" y que lo extrañaré (y que son ciertas, obviamente),
pero prometo que invertiré mi energía en otras cosas más productivas,
como demostrarle al mundo con evidencias palpables el por qué todos
deberíamos odiar a los --------. (lo sé, no parece que haya entendido
pero ténganme paciencia)

Me impactó el comentario-regaño de ayer. No porque sea algo que no
sabía. Es decir, ya me han dicho antes que debería canalizar mi energía
a otras cosas más productivas. Lo que me impactó fue la persona de quien
vino el regaño: epítome, el ingeniero. ¿Cómo puede ser que un ingeniero
me esté hablando de cosas tan... ¡así!... de las energías (no física ni
química ni cuánticamente hablando, sino esotérica, psicológica y
espiritualmente) y el desarrollo de la persona y esas cosas? ¡¡¿¿cómo
pues??!!

OBVIO: ¡¡me traicionó!! se está volviendo ---------- o más bien está
dejando salir al ----------- que todos (hasta yo, desgraciadamente y más
de lo que me gustaría) llevamos dentro

* Las personas que me conocen bien saben con qué palabrita rellenar los
espacios (todos los espacios son la misma palabra), así que no se les
tiene permitido contestar. Las personas que no me conocen tanto pueden
tratar de adivinar, a ver si le atinan... je...

** Este es el último comentario sobre -------- que haré.

***Ya sabes, epítome, que lo de la traición es broma ;)

Thursday, April 20, 2006 

La Pegaso 800 (hecha en México)

Si hay algo que me molesta en este mundo es la idiotez. Todos los que me conocen saben que no tolero a las personas que no se molestan en aprender. Porque no es que odie a los tontos, es más bien que odio a todos aquellos que son tontos y no les interesa dejar de serlo. Yo soy tonta algunas veces, he sido tonta miles de veces, pero no me gusta ser tonta. Me interesa dejar de ser tonta. Por eso me gusta aprender. Y no solo aprender de los libros, sino de mis experiencias cotidianas.

Pero de eso no quería hablar, yo quería hacer un post sobre las perforadoras de dos agujeros.


Es que me molesta muchísimo que este sencillo pero práctico aparatito sea un incomprendido, al menos en mi oficina. Me retuerzo de coraje cada vez que doblan las hojas a la mitad para que la marquita del doblez coincida con la marca que tiene la perforadora y que los hoyitos queden alineados. Todos (al menos en mi oficina) ignoran "el chunche negro ese". He llegado a ver que lo tiran porque no saben para qué sirve. "El chunche negro ese" no es un estorbo señoras y señores, es una REGLA. Dicha regla de plástico tiene un tope donde se acomodan las hojas. Dicha regla tiene marcas con las iniciales de los tamaños de hojas más utilizados:

M para Memorandum (hojas pequeñas)
E para tamaño Esquela (como los cuadernos pequeños de forma francesa)
C para Carta
O para Oficio.

Lo único que debe hacer uno cuando se enfrenta a la complicada tarea de perforar hojas es:

1) verificar de qué tamaño es la hoja que se va a perforar
2) jalar o empujar la regla hasta que la inicial del tamaño de la hoja que se requiere esté alineada con el costado de la perforadora
3) colocar la(s) hoja(s) dentro de la perforadora, alineándolas al tope de la regla
4) hacer presión hacia abajo sobre el brazo de la perforadora para perforar la(s) hoja(s).

Pobre del ingeniero que se quebró la cabeza para anexar dicha regla al diseño de la perforadora. Es un incomprendido. Nadie la usa.

¿O el problema es nada más en mi oficina?

*Sí, ríanse, me la paso perforando hojas en mi trabajo... pero estoy aprendiendo mucho (por lo menos sé usar las herramientas mejor que los demás)

Thursday, April 06, 2006 

Ahora sí, el viaje a China

Me asusto cuando me pasan cosas como ésta:

Uno de mis primeros posts fue sobre un sueño que tuve. Soñé que a Betsy se le ocurría ir a China y me invitaba.

Betsy está en China en estos momentos.
Ahorita estoy en Shenzhen....una ciudad que tiene apenas 20 anos asi que no tiene historia....hay lugares padres por ver pero no he hecho mucho porque [secreto].. Y ni que decir de la inseguridad..Shenzhen es el DF de China!!! Nos robaron desde el primer dia que llegamos...afortunadamente a mi no....pero estuvo mal plan

La comida ha sido hiper complicada...todo tiene aspecto desagradable y el unico lugar donde puedes comer cosas confiables es el hotel...y no creas que hay gran variedad...


Lo terrorífico de esto es la forma en que decidió irse a China y cómo China no tiene absolutamente nada que ver con ella. Ya ven, ni siquiera lo está disfrutando.


About me

  • I'm Alarum Raia
  • From Guadalajara, Jalisco, Mexico
  • Tener entre los desesperados que se ahorcan y despeñan- y que como a tales no les enterrasen en sagrado-, a las mujeres que se enamorasen de poetas a secas. (Frag. de la "Premática del desengaño contra los poetas hueros" de Quevedo)
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